Yo fui un mal estudiante, y con muchos esfuerzos y por la insistencia de mis padres conseguí sacar el bachiller.
Recuerdo que Don Ricardo, en las horas de estudio, cada vez que venía a hacer un recorrido, me ponía como ejemplo a mi hermano. Yo siempre le contestaba que lo mío eran los coches.
Co seu profesor, Gaiteiros de Fingoi, Bernardo Abeledo, Emilio Fernández Fernández, Fernando López-Acuña, Antonio López-Acuña e Manolo Sández.
Un día, en la hora del recreo, con muy buen tiempo, él andaba en bicicleta por allí, me llamó y me dijo: “Sr. Abeledo, como buen mecánico que intuyo va a ser, observe este ruido que hace mi bicicleta al andar”. Con lo cual, él dando pedal a ritmo lento, y yo corriendo a su lado observando hasta que descubrí el fallo, se lo solucioné.
Como se sabe, en el Colegio había un vehículo para las clases de conducir… Pues siempre me ponía a mí como alumno aventajado, y me decía: “Abeledo, esto va ser lo suyo, lo veo muy convencido, pero para eso también se requieren unos buenos estudios”.
Siempre en mi recuerdo, Don Ricardo.